Historias de Papel

Exposición fotográfica, compuesta por 12 fotografías de 50×70, que nos invita a adentrarnos en un viaje conceptual que gira en torno al papel como eje central, presentándolo como el elemento común entre ellas, dando vida a historias que exploran su versatilidad y capacidad de recomposición, características compartidas con la experiencia humana, especialmente la de las mujeres.

La elección del papel como protagonista no es casualidad; es un símbolo de la versatilidad que todos llevamos dentro y nuestra capacidad para adaptarnos a las distintas situaciones que la vida nos presenta. Paralelamente, se establece un vínculo íntimo con las mujeres, quienes han evolucionado para desempeñar y ocupar diversos roles, estableciendo ellas mismas el “papel” que de verdad quieren en la sociedad. .Así, el papel se convierte en una metáfora visual que reflexiona sobre nuestra naturaleza cambiante y nuestra habilidad para adaptarnos a los pliegues de la vida.

Es importante destacar la técnica artística usada: Fotografía construida, donde cada elemento es real y ha sido fotografiado. A través de esta técnica, la artista da vida a sus conceptos, mostrándonos una realidad tangible creada a partir de una idea. Esta capacidad de construir mundos visuales refuerza el mensaje central de la exposición: la versatilidad y la capacidad de recomposición que todos llevamos dentro, plasmadas de manera única en la experiencia femenina.

«Historias de papel» nos invita a reflexionar sobre nuestra propia capacidad para adaptarnos y reinventarnos, inspirándonos en la extraordinaria versatilidad del papel y la vida misma.

IMÁGENES DE HISTORIAS DE PAPEL:

VUELA ALTO

Ellos no me consideran una verdadera competencia. Piensan que soy débil, que me falta carácter. Sin embargo, noto cómo mi mera presencia les incomoda.

No permitiré que apaguen mi vuelo; estoy decidida a dejarme llevar tan lejos como mis alas me lo permitan. Y si siento que no hay suficiente altura, romperé ese cristal que me frena, colándome entre sus grietas y llegando hasta la luna si es necesario para hacer cumplir mis sueños.

Ampliaré esas grietas, señalaré el camino y esperaré haciendo hueco a todas las demás.

A LA DERIVA

Con todos sus anhelos a flote, navegaba por la vida con una ruta inquebrantable. El paso de los años pesaba más de lo previsto al zarpar y a medida que avanzaba, las millas que quedaban por recorrer parecían multiplicarse. Las corrientes de agua no siempre le brindaban el impulso necesario, a veces lo complicaban tanto que debía soltar lastre para seguir adelante. Poco a poco, el agua se infiltraba. Había días en que parecía envolverla por completo, no obstante, ella persistía flotando, alzando sus sueños y depositándolos en los botes salvavidas.

MISTERIO ASTRAL

Sin rumbo, flotaba a la deriva por el vasto universo, comparándose con sus compañeras estelares mientras se ocultaba tras sus sombras. No se sentía lo suficientemente especial ni hallaba singularidad alguna en su destello para merecer ser elegida. Pero… ¡sorpresa! la eligió sin titubeos. Aún se cuestiona por qué

CORAZÓN PERDIDO

Lo ha buscado entre las hojas de los árboles del parque donde jugaba de niña, dentro de la zapatilla de ballet rota que usó la primera vez que actuó en un escenario. Ha buscado entre las líneas de los libros que aún no ha tenido la oportunidad de leer, entre los personajes de los cuentos que su padre le leía antes de dormir. También lo ha buscado entre escena y escena de sus películas favoritas y entre las letras de las canciones que alguna vez han llegado a tocar su alma. Ha buscado en la saliva de muchos hombres y en el reflejo de muchas mujeres. Ha revisado los álbumes de fotos y levantado todos los los cojines de la casa de su abuela. Ha buscado incluso entre los trazos de las pinturas de los grandes maestros de cada museo que ha visitado. Al llegar a la sala de Velázquez, le pareció que le susurraba al oído: Caliente, caliente.

SERENDIPIA

Caminaba por la vida con pasos de piedra, envuelta en un manto de desconfianza, manteniéndose aislada del mundo que la rodeaba. Sin embargo, todo cambió cuando, por casualidad, un pez que danzaba al ritmo del viento le soltó el nudo de la venda y la liberó de las ataduras que ella misma se había impuesto, liberando su corazón de la coraza que lo aprisionaba. Descubrió que los pájaros cantaban melodías de esperanza, que las flores brillaban respondiendo al sol, y se dejó llevar por los susurros del universo.

ESPERANZA

Me había acostumbrado al silencio que se había instaurado en mi cabeza en estos últimos tiempos con tu partida, cuando cerraste la puerta sin siquiera un portazo.

Sin embargo, has vuelto a aparecer en mi vida, reconstruyendo algunos sueños. No te veo, pero te siento. Lo has hecho de manera silenciosa, como es tu forma de ser, pero has dejado una huella profunda en mi corazón. Eso me da miedo, no estoy acostumbrado a recoger lo sembrado.

Cada día me repites que fluya, que me deje llevar por el momento, que con voluntad los pasos se harán más grandes… y que si no sucede, no pasa nada. Logras sacarme sonrisas entre sueños, pero te ruego que no vuelvas a escapar por la ventana, que no me hagas olvidar la meta, que no te me escapes nuevamente entre los dedos al intentar aferrarte… Cuánto te he echado de menos.

OJOS QUE OBSERVAN

Por las mañanas, se contempla con orgullo en el espejo. Las nuevas arrugas son testigos vivos de su vida, mientras que los kilos adicionales que delinean un rostro más redondo, le recuerdan que disfruta cada día. Percibe cómo su cuerpo evoluciona con el pasar de los meses, una transformación que parece acelerarse con el tiempo.

Es parte de la vida.

Sin embargo, al salir a la calle, no encuentra miradas de aceptación ni recíprocas a sus pensamientos. A pesar de caminar con la cabeza en alto, puede sentir los murmullos que resuenan a su alrededor, como eco de voces que golpean su autoestima. Estas palabras desgarran su realidad, restándole valor y forzándola a encogerse, mientras su mirada pierde su brillo altivo. La sociedad le araña, muerde y devora como zorros hambrientos en busca de alimento.

VIAJE AL SUBCONSCIENTE

n ocasiones, todo resulta tan fácil como entregarse al compás de los latidos del corazón, apagando los estruendos de nuestra mente y silenciando todo el ruido que nos rodea. Acalla esos murmullos y permite revolotear libremente a todas tus mariposas.

TIC TAC TIC TAC

Recuerdo aquel cuento, y con claridad veo al conejo.

En aquel entonces, su afán por el tiempo me desconcertaba; ¿Cómo podía estar tan preocupado por algo tan intangible?

Ahora, al contemplar nuestra realidad, me doy cuenta de la profunda ironía que encierra: nos hemos convertido en el conejo blanco, en un personaje atado a un reloj que marca el ritmo implacable de nuestras vidas. Nos vemos forzados a correr sin cesar, con la eterna sensación de que el tiempo se escapa entre nuestros dedos, sin llegar nunca a alcanzar las conclusiones finales de nuestra historia.

MIL GRULLAS

Alguien le contó de pequeña el antiguo cuento de las mil grullas: se decía que al lograr hacer volar mil grullas de papel por la ventana, su deseo más profundo se materializaría. Sin embargo, nunca supo si eso era verdad o simple fantasía.

Los años transcurrieron, marcados por la monotonía de los días y la constante desilusión que llegaba cada noche. Hasta que una tarde, sin apenas darse cuenta, se encontró sentada en su escritorio, doblado meticulosamente un papel hasta darle forma de grulla. En ese momento de sorpresa al descubrirse haciendo la grulla, comprendió que no necesitaría hacer las otras 999 grullas.

Todo estaba en su mano.

MI REVUELO

Que nadie ahuyente los pájaros que anidan en tu cabeza.

EQUIPAJE

Cada uno de nosotros cargamos a nuestras espaldas una mochila, un equipaje «invisible» desde el mismo día en que nacemos.

Cada equipaje es único y distinto. Algunos nacen con una carga ya pesada, mientras que otros tienen la suerte de comenzar con una mochila ligera, que van llenando, o no, a lo largo de la vida.

Yo fui afortunada. Mi maleta comenzó ligera. Sin embargo, con el tiempo, he ido acumulando algunas piedras que llevo conmigo y que me ralentizan en el camino. Comienzan a pesar demasiado. Es curioso cómo algunos sueños se convierten en piedras…

He intentado soltar algunas. A veces parece que el río al que las arrojo las traga, pero al cabo de los días vuelven a aparecer entre mi equipaje.

Se supone que somos nosotros quienes decidimos qué meter en esta maleta obligatoria… pero, ¿cómo cambiamos de equipaje?

*TODAS OBRAS A LA VENTA